lunes, septiembre 22, 2003

Quo Vadis

Me despedí de Cinthia temprano en la mañana y me fui a la estación del tren con rumbo a Roma. Hice una escala de 3 horas en Pisa para tomar fotos de la torre y el duomo ( así le llaman aquí a las catedrales ), y también para hacer un poco de tierra caminando descalza sobre el pasto, lo cual se siente muy bien, especialmente con los pies cansados.

Pisa es todavía más pequeña que Florencia , tiene la misma estructura en sus calles, sus casas y el empedrado de sus calles ( no lo mencione antes , pero las piedras no solo son cuadradas, también están acomodadas en semicírculos que en su conjunto se ven como las olas del mar que uno dibujaba de niño......si me explico verdad ? ).

A Roma viaje en 1a. clase durante casi todo el recorrido ( solo me falto media hora ). Como se negaban a dar información, me subí al vagón de primera y pase la revisión ( no sé porque me la perdono el de los boletos ) y a en la ultima parada me cambie de vagón al de segunda, en donde la única diferencia con el anterior es que en primera los asientos están forrados de terciopelo y en segunda de poliéster.... y eso es todo.

La gente aquí tiene repulsión hacia los americanos y en consecuencia no están muy dispuestos a ayudar. Según yo de gringa no tengo el tipo, pero me da la impresión de que como no soy negra, ni tengo los ojos rasgados, ni tampoco apesto ( para que me identifiquen francesa ) por default me ponían en la categoría de estadounidense ( de pronto mi idea de traerme una playera de la virgencita de Guadalupe con Alex Lora no era tan mala ). Y mis intentos de hablar en italiano tampoco ayudaban, porque entonces ya no solo me veían como americana, sino que le añadían a su trato el especial extra por atreverme a profanar su lenguaje. Pero eso solo en Roma, en Florencia y Pisa me fue mil veces mejor.

Hay dos adjetivos con los que puedo calificar a Roma: puerca y majestuosa ( nótese que primero escribí puerca, no sucia ni descuidada no, puerca y después majestuosa. Todas las calles están llenas de mugre y aunque hay contenedores muy grandes, pareciera que nadie pasa a vaciarlos, de modo que hay bolsas con desechos todo alrededor e inclusive llegan a bloquear las banquetas y parte de la calle. Y los turistas cerditos tampoco ayudan , había en las fuentes principales vasos de McDonalds y bolsas rotas. Hagan de cuenta el zócalo después de uno de los peje-conciertos, pero en todas las calles.

Y así empezó la decepción. Si hay algo que tengo que reconocerle a los parisinos con todo y que me cayeron tan mal es que tienen muy limpia su ciudad y cuidan a los peatones, les ceden el paso y se detienen todo el tiempo que sea necesario. Y si ustedes creen que no hay nada peor que un microbusero en México, dense una vuelta a Roma y verán. El chofer de pesera o taxista mas gandalla es todo un caballero comparado con los automovilistas que hay aquí.

Sus monumentos eso si, son majestuosos, algunos de ellos a pesar de que están prácticamente en ruinas siguen siendo de un grandioso sobrecogedor. Que excelso debió ser el imperio romano, ninguna de las películas que se han hecho y que he visto le hace justicia ni a lo que queda de la ciudad.

La noche en que llegue hice una larga caminata nocturna y conocí la mayoría de los lugares mas famosos. Al día siguiente fui al Vaticano.

El Vaticano, como toda oficina de CEO esta muy limpio y ordenado. Y yo que tengo en mi haber tantas palabras domingueras para usar, no encuentro las adecuadas para describirles la catedral. Hay dentro una estatua en bronce de San Pedro que data de 7 siglos atrás y cuyos pies ya no tienen forma y son solo un trozo de metal liso debido a la gente que los ha tocado en todo este tiempo.

Pero (siempre hay un pero ), a mi, la verdad, es que no me gusto. Con todo y sus gigantescas proporciones y el lujo y la belleza de su ornamenta. Me quedo con Notre Dame. Además que sucedió algo que para mi fue muy feo. Lo que sigue es difícil de explicar y mas aun de entender porque tiene que ver con cuestiones de fe.

Sin importar si creen en Dios o en el Diablo, en los santos de los últimos días, o de los primeros días o de los días de en medio, o si creen en la naturaleza o aspiran alcanzar el nirvana e inclusive si creen solo en las matemáticas o los extraterrestres es mi muy personal teoría que hay sitios en donde uno se siente en la compañía de la divinidad de su elección.

Y entonces hay lugares como la meca, las sinagogas, los templos de Buda, los bosques Galos para las brujas y las convenciones de Star Wars.

Yo estaba caminando dentro del icono máximo de la religión católica y me sentí invadida por una horrible sensación de ausencia de contenido. A pesar de la belleza del sitio y del hecho de que ahí estuvieran los restos de alguien tan importante como San Pedro, a mi me había comido la nada.

Y fue algo tan triste, porque estuve dando vueltas un buen rato y en un lugar tan inmenso como lo es ese, no pude sentir a Dios en ningún lado.
Salí con un hueco en el estomago y me dirigí hacia el museo del Vaticano que tristemente estaba cerrado y lo abrirían hasta dos días después y para ese entonces yo ya no estaría, así que adiós a la sixtina y al Moisés con cuernitos que tantas ganas le traía. Fui a comprar la bendición de mi mama y también habían cerrado, además que me informaron que esta tiene un costo aproximado de 55 a 70 euros según el modelo, Don Carol vende caro su autógrafo. Así que perdón ma, pero no le compre el papelito ( pero que no le quede duda de que de cualquier forma esta bendecida, me lo confirmo un muy buen contacto que tengo en las alturas ).

Yo planeaba quedarme 3 días y solo aguante 1 y una noche. Voy en camino a Grecia.

Lo que puedo decir de este punto en mi viaje es que el Vaticano esta vació y Roma, llena de basura.

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