Ya no tengo curso de foto. Desde el fin de semana de práctica en el que la maestra se subió a otro carro y a nadie le dijo adiós, dejándonos literalmente abandonados en una barranca en Michoacán, supuse que era el final.
Todavía las chavas insistieron en que fueramos otro sábado para ver cómo se comportaba. A nadie le interesaba ya su clase, sino el hecho de que para el mes de julio tendríamos una exposición de nuestros trabajos. Pero el fin siguiente no hubo clase y el 10 de mayo opté por no ir. Las chavas dijeron que me esperaban hasta que yo me presentara. Luis sí asistió a clase, pero la maestra no le dirigió la palabra así que él se fue para no regresar. Yo, al enterarme de cómo lo trato, reafirmé mi decisión de no ir más a ese lugar. Ya hay suficiente violencia en mi presente como para todavía agregarle la de una persona que cree que tener consciencia social es comerse un taco de frijoles y hablar con un campesino de lo "hermoso" que es vivir sin los servicios básicos.
Me apena haber perdido el foro para la exposición, el no haber aprendido el virado en sepia y sobre todo el laboratorio en el que jugaba a Manuel Álvarez Bravo. Edna e Ivone también decidieron dejar de ir. Ahora, ando en busca de un curso para los sábados en la tarde. O de un alma de Dios que me regale una apliadora para montar mi laboratorio en el baño de mi casa.
Todavía las chavas insistieron en que fueramos otro sábado para ver cómo se comportaba. A nadie le interesaba ya su clase, sino el hecho de que para el mes de julio tendríamos una exposición de nuestros trabajos. Pero el fin siguiente no hubo clase y el 10 de mayo opté por no ir. Las chavas dijeron que me esperaban hasta que yo me presentara. Luis sí asistió a clase, pero la maestra no le dirigió la palabra así que él se fue para no regresar. Yo, al enterarme de cómo lo trato, reafirmé mi decisión de no ir más a ese lugar. Ya hay suficiente violencia en mi presente como para todavía agregarle la de una persona que cree que tener consciencia social es comerse un taco de frijoles y hablar con un campesino de lo "hermoso" que es vivir sin los servicios básicos.
Me apena haber perdido el foro para la exposición, el no haber aprendido el virado en sepia y sobre todo el laboratorio en el que jugaba a Manuel Álvarez Bravo. Edna e Ivone también decidieron dejar de ir. Ahora, ando en busca de un curso para los sábados en la tarde. O de un alma de Dios que me regale una apliadora para montar mi laboratorio en el baño de mi casa.
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