martes, enero 02, 2007

Sobreviviendo al Discovery Channel. (El que no sé si será)

Uno de los estados emocionales comunes identificados luego de un rompimiento amoroso, es el miedo a que esa que se terminó, sea la última experiencia que vamos a vivir. En medio del dolor, creemos que no volveremos a ser capaces de sentir y querer con la misma intensidad a alguien más. En ocasiones, llegamos a convencernos a nosotros mismos de que eso que Milanés llama “amor para vivir” no existe y quizá lo más conveniente sea negociar y conformarse con el equivalente a un “bulto auto-regulado” que nos haga compañía y nos ayude a pagar las cuentas en común.

Hace un par de meses, el sentimiento me invadió mientras veía Planeta Tierra, aunque el programa era sobre desastres naturales, lo que me conmovió al punto de llorar (que por otra parte no es nada difícil, soy bastante llorona) fue una explicación más bien inocua que me hizo mi hermana al respecto de las erupciones y otros cambios geológicos: no hay nada en el universo que suceda sólo una vez.

Yo sé, Ish, que ciertas esperanzas son muy difíciles de guardar considerando la realidad en la que en particular tu y yo estamos viviendo, pero también sé (aunque este conocimiento me fastidie) que en muchas ocasiones solo vemos lo que queremos ver y en ese sentido, nuestra percepción de lo que es “real” puede estar equivocada, y a veces muy equivocada.

No te quiero vender el último párrafo de un libro barato de auto-ayuda ni pedirte que cimientes una ideología en alguna frase ridícula de filosofía de power point. Aunque hay días en los que no logro ni lejanamente reconvencerme de que eso del “amor” será algo que me va a pasar otra vez y mejor, la otra opción no me resulta más atractiva, me parece casi como dejar de creer en Dios y eso ya lo intenté y por un tiempo tuve éxito aunque no fui más feliz, de hecho me pasó lo contrario.

Yo quiero creer que mi hermana tiene razón, e igual la tuya y también mi nuevo gran amigo J cuando serenamente me dice que no concibe a una persona madura sin una vivencia de ese estilo, que nos hayamos tardado tanto en tenerla es otra cosa y tampoco es algo que podamos cambiar.

Si la tierra se renueva y los volcanes inactivos vuelve a hacer erupción, las placas tectónicas se reacomodan y las mareas van y vienen, tu y yo podemos volver a sentir. Va a llegar el día en que recordemos nuestras respectivas experiencias no por ser las únicas, sino por ser las primeras. Y hasta el día en que tú puedas, yo me ofrezco a creer por ti.

Te quiero mucho Ish, gracias por el pretexto de la inspiración.


No hay ni un corazón que valga la pena
Ni uno solo que no venga herido de guerra
Y sigo aquí... cuánto silencio hay
Cuánto silencio, no sé

El tiempo agotado en compases de espera
Dibuja un desierto por dentro y por fuera
Que tira pa'atrás a quien logre acercarse hasta aquí

No quiero pasados cargados de impuestos
Ni busco imposibles en cielos abiertos
Pero algo que valga la paz por la que hay que apostar

Amor inmenso y sin herida
Sin historia y a medida
Amor que no haga más preguntas
Preparado a no entender

Amor que mire bien de frente
Suficientemente fuerte
Amor que no busque salida
Y no me cueste la vida

No hay un corazón que valga la pena.
Miguel Bosé.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Anita, ahora la huerfanita del amor... no siempre es así.

Como has estado, espero te la hayas muy bien con tu familia y amigos.

Ahorita que escribiste parte de tu historia (que me entretienen cuando quiero pensar en alguien más que en mi mismo y mis problemas), quiero decirte que en mi experiencia también fué así, pensé que no volvería a amar con la misma intensidad, sin embargo con el tiempo fuí aprendiendo que no es necesario amar, ni igual ni con la misma intensidad. Desde mi perspectiva el amor es una de las partes más difíciles (sino la más) de vivir y sentir. Duele, alegra, da sentido, te hace llorar, reir, soñar, volar, caer, intentar, reintentar...

Yo puedo darte unos principios que no son inamovibles pero son parte de mi teoría en el amor.

0. (Premisa). Los hombres son infieles por naturaleza, ni aún tu padre ha sido totalmente fiel.
00. (Premisa). Algunas mujeres no son fieles.
1. Ninguna persona es igual a otra.
2. Por lo tanto ningún amor es igual al otro.
3. La riqueza está en la variedad de distintos amores, desde el tipo intelectual y no carnal, hasta el carnal y huidizo que nada tiene que ver con algo estable.
4. El amor no tiene un estereotipo definido, te enamoras de quien menos te imaginas y de quien menos te conviene.
5. No todo con el que sales se tiene que casar contigo, si ha de ser será, sino sigue besando sapos, los labios no se gastan.
6. Ningún amor es perfecto, la perfección no existe.
7. Retomando la premisa, acostumbrate a pensar que la infidelidad es una traición que existe pero la lealtad no se debe traicionar porque es traicionar tu integridad.
8. El verdadero amor perdona traiciones.
9. La bases que cimentan una relación duradera son: La comunicación con verdades, el conocimiento de la pareja, algunas veces el compromiso con los hijos y el amor por tí mismo y por quien está a tu lado.
10. Mira a tu alrededor y veras que quien no es divorciado vive en unión libre, que quien es casado le pone los cuernos a su pareja, que quien es soltero es promiscuo y con temor al compromiso, y que quien es un soñador en lo perfecto y lo ideal del amor está solo. Son pocos y muy afortunados los que se aman y respetan al mismo tiempo.
11. Todo esto no significa que te suicides porque el mundo es una bazofia sino que aprendas a vivir con los defectos y virtudes que el mundo que te toco vivir tiene, por eso tiene colores el arcoiris para que aprendas a amar de distintas formas, a vivir de distintas formas; el que no se tropieza con sus propias piedras no aprende, hay que tener apertura para un nuevo comienzo. El sol vuelve a brillar cada mañana para tí.

Saludos!!!

Con los mejores deseos de tu amigos.

Guso

Anónimo dijo...

Feliz año nuevo!!
No sé si sería mejor que pudiera leer algo referente "al que si es" y no seguir con la incertidumbre y la espera inagotable "del que no sé si será", finalmente así sabría que puede existir y que puede volver a pasar y que seguramente tarde o temprano me va a tocar. Pero así es como funciona el folklor de las cuestiones del tan incomprendido "amor", algunas veces tienes con quien bailar y no te gustan sus pasos ó no le gustan los tuyos, otras veces te gustan los pasos de otro que jamás te invita a bailar, ó de plano te lleva al baile y terminas pensando que es mejor bailar solo.
Gracias por creer por mi, mientras yo no pueda hacerlo, aunque te prometo que no perderé la esperanza de poder hacerlo yo.
Te quiero mucho y gracias por escribir.
Yo soy Isha, para ti "ish".

Anónimo dijo...

Hola Ana:

Lamento tu tristeza por lo que estás pasando y aunque sé que es doloroso también sé que tarde o temprano pasará, no quisiera sonar como la gente que te dice "échale ganas" como tu dices de las frases de los libros de superación personal, ni decirte que te tienes que resignar a vivirlo porque es la ley de la vida, o que del sufrimiento también se aprende, aunque todo lo anterior es cierto también es cierto que es mucho más fácil decirlo; lo que puedo hacer más allá de dar consejos es estar cuando lo necesites, decirte que cuentas conmigo y que en mi existe por lo menos un oido para escucharte.

Saludos
J.

Anónimo dijo...

Hola Ana,
No sé si este correo se envíe automáticamente a las personas que estén en alguna de tus listas o me haya llegado por error, ya que lo encuentro muy personalizado. Pero con el pretexto que me provoca, intentaré ligar algunas ideas en los siguientes párrafos, relacionadas con el tema que manejas en él (los volcanes y el amor)

Cuando me pongo a pensar en todas esas experiencias que tenemos con las personas, como nuestros padres, hermanos, familiares en general, además de los amigos y de aquellos que llamamos enemigos, en las que comenzamos a hacernos una idea de lo que es el amor, la confianza, el cariño; pienso que en realidad podríamos estar comenzando a construir una soga para ahorcarnos (ahora que está de moda) en algún momento de nuestra vida.

Los primeros hallazgos son nuestras primeras derrotas; aquellas que se generan en el momento en que nuestro padre no nos atiende a la petición de ir al parque y no nos cumple con el regalo prometido; inclusive cuando sentimos que más lo necesitamos, nos puede responder de una forma inesperada. Ese puede ser un ejemplo trivial que puede no llegar fácilmente a nuestra cabeza porque creemos que no nos ha pasado; pero, será que lo habremos olvidado porque realmente amamos a nuestros padres o tal vez pueda creer que en realidad es una experiencia que nunca nos ha pasado.

Otro ejemplo es aquel que considerábamos como un verdadero amigo y lo descubrimos haciendo alguna fechoría imperdonable. El mundo se voltea de cabeza y podemos caer en un estado de tristeza que algunos llaman depresión. Un estado al que la mente nos lleva y así como aprendemos a quemarnos con la plancha solo una vez porque la siguiente sería solo de mártir, decidimos no lanzarnos nuevamente a la vida a buscar nuevas experiencias porque aquella persona en la que confiábamos más (regularmente la pareja), nos ha abandonado o traicionado, y es un dolor tan intenso, que no se quiere volver a sentir.

La pregunta aquí es, ¿por qué se sufre tanto ante una decepción o una pérdida?, ¿será que ya no vamos a poder recibir sus caricias o mirar sus ojos; o porque tal vez, las cuentas que decidieron pagar juntos en el futuro o que ya se pagaban, se verán divididas?
A pesar de que todos los seres humanos somos diferentes, somos muy parecidos en algo, nos dejamos llevar fácilmente por los caminos obscuros de la mente, que nos hace creer que no podremos vivir con cierta persona o con cierto objeto (casa, auto, computadora o rostro). ¿No será que no tenemos algo mejor que inventar y nos dedicamos a sufrir y hacernos daño?

Somos millones de personas en este planeta; nadie puede llegar a decirme que la persona con la que decidimos estar es el principio y el final de mi existencia. Será un compañero en nuestra vida, que llegaremos a acuerdos que si no se cumplen, como en la ley, tendrán consecuencias, pero que deben ser acatadas sin más; sin lágrimas; sin descontrol. Una persona se fue, pero millones esperan tu encuentro para seguirla regando, para tener hijos, para viajar, para adoptar, para tener accidentes juntos, para separarse, para bailar, para compartir una manzana en la mañana, para escribir un cuento, para borrarlo, para cantar, para tallarle la espalda. O podemos estar físicamente solos, pero la soledad como tal es un mal invento, inexistente para aquellos que se caen bien a sí mismos. Porque hay que recordar que cuando tenemos pareja buscamos la soledad en un libro o para escribir algunos párrafos o para simplemente patinar sobre hielo; pero no nos sentimos solos cuando tenemos pareja, pero le pedimos un poco de espacio. ¿por qué?, pues porque nuestra mente nos dice que hay alguien por ahí que nos espera, pero esto no es real; es un invento que la mente se hace para sentirse segura, pero es una mentira.

Entonces no hay que mentirse más. Hay que estar en el momento conocido como presente absoluto. No dejes que la mente viaje e invente cosas dañinas. Mejor recupérate a ti mismo en este preciso instante; obsérvate respirando, viviendo. No hagas imágenes e historias que no existen, mejor construye algo palpable, algo verdadero y cierto, pero comienza por regresar a este momento; ni el pasado ni el futuro. Solo este presente absoluto.

Y si llega la imagen de aquel que se fue, bórrala en ese instante y comienza de nuevo.


César