Ya lo venia anunciando el viento desde Venecia, y en Viena, la lluvia lo ratifico. Tuve que dejar de pensar que en Chiconcuac o en Aguascalientes me saldría como tres veces mas barato y me compre un suéter, porque el frío esta de no aguantarse.
No hay vacaciones completas sin días de lluvia y ese clima ha prevalecido en los últimos días. Afortunadamente en Praga hubo tregua.
Praga tiene como de todos los estilos arquitectónicos: barroco, renacentista, gótico y también cuenta con edificaciones modernas. Llegue en la noche y durante el tiempo reglamentario de estar perdida buscando el hotel (en cada lugar que he visitado me he perdido mínimo media hora luego después de salir de la estación) pude ver algunos aspectos de la ciudad que difícilmente van a estar publicados en las guías de viaje, como el hecho de que en algunas estaciones del metro y del "tram" ( un trenecito ) se juntan grupos bastante numerosos de chavos para compartir una botella o algún polvito o hierbita que les haga pasar el rato . Y la vida nocturna es por demás exótica, hay bares que tienen a bien poner una pantalla de tv para que los clientes potenciales vean la diversión del interior y se ve cada cosa que...............bueno.
Por la mañana me encamine hacia el castillo con la intención de entrar a la catedral en la cual solían coronar a los reyes, pero otra vez perdí la ruta y llegue a lo que es la colina más alta de la ciudad. Todo estaba bien, con la vista y los árboles y las ardillas, hasta que mi acostumbrada disidencia me aparto del camino y de repente me encontré dando vueltas porque no sabia como o hacia donde moverme. Finalmente vi el sendero de regreso,y la única forma de llegar a el desde la posición en la que me encontraba era por una pendiente bastante inclinada. No teniendo otra opción que perder todo glamour y estilo, me dispuse a bajar.
Y ahí me tienen, sentada y agarrandome hasta con el espíritu y pensando: ok, la tierra y yo somos una, no me voy a caer, no me voy a caer.... y que creen ?? ... no me caí. =).
De nuevo en el camino, previo uso del fashion alert rescue kit, abajo además de ardillas y avecillas me estaban esperando hartas peras y manzanas y uno que otro durazno, las peras por cierto, estaban muy dulces.
Finalmente llegue a la iglesia y luego de pagar la cuota respectiva me perfile hacia la torre para tener unas buenas panorámicas de la ciudad. 8 minutos y 283 escalones después conseguí mis fotos.
Salí en el ultimo tren hacia Munich a donde llegue en la madrugada. Bote la mochilota en un locker y tome el primer tren hacia Fussen, donde me esperaba el castillo que sirviera de inspiración para la casa de cenicienta en disneylandia.
Construido en lo alto de una montaña y rodeado por una laguna, Neuschwanstein es el sueño de todo aquel que tenga aspiraciones o inspiraciones principescas. Yo, ya sabrán, no me la acababa. Lo malo es que de nuevo empezó a llover y la caminata de regreso por el bosque no se disfruto tanto.
De vuelta en Munich salí a la búsqueda de una sopa de papa y no, no fui al Oktober Fest.
Primero porque estaba lloviendo, y luego porque a mi, la verdad, la cerveza no me mueve. Posiblemente si fuera el tequila fest, o el baileys fest, o el piña colada fest igual y me lanzaba, y aun en ese caso .... igual y no. Nada mas había que ver como estaba de borrachos la estación del tren, aunque no me quede con las ganas de observar a las nativas en traje típico, ese si me lo pondría, con sus faldas largas y sus blusas de mangas aglobadas y escotes con moñito.
Así que lo que llevo de Munich son unas fotos que quien sabe si salgan por la lluvia y aproximadamente kilo y medio mas de peso en la mochila, que cargo única y exclusivamente por petición paterna.
No hay vacaciones completas sin días de lluvia y ese clima ha prevalecido en los últimos días. Afortunadamente en Praga hubo tregua.
Praga tiene como de todos los estilos arquitectónicos: barroco, renacentista, gótico y también cuenta con edificaciones modernas. Llegue en la noche y durante el tiempo reglamentario de estar perdida buscando el hotel (en cada lugar que he visitado me he perdido mínimo media hora luego después de salir de la estación) pude ver algunos aspectos de la ciudad que difícilmente van a estar publicados en las guías de viaje, como el hecho de que en algunas estaciones del metro y del "tram" ( un trenecito ) se juntan grupos bastante numerosos de chavos para compartir una botella o algún polvito o hierbita que les haga pasar el rato . Y la vida nocturna es por demás exótica, hay bares que tienen a bien poner una pantalla de tv para que los clientes potenciales vean la diversión del interior y se ve cada cosa que...............bueno.
Por la mañana me encamine hacia el castillo con la intención de entrar a la catedral en la cual solían coronar a los reyes, pero otra vez perdí la ruta y llegue a lo que es la colina más alta de la ciudad. Todo estaba bien, con la vista y los árboles y las ardillas, hasta que mi acostumbrada disidencia me aparto del camino y de repente me encontré dando vueltas porque no sabia como o hacia donde moverme. Finalmente vi el sendero de regreso,y la única forma de llegar a el desde la posición en la que me encontraba era por una pendiente bastante inclinada. No teniendo otra opción que perder todo glamour y estilo, me dispuse a bajar.
Y ahí me tienen, sentada y agarrandome hasta con el espíritu y pensando: ok, la tierra y yo somos una, no me voy a caer, no me voy a caer.... y que creen ?? ... no me caí. =).
De nuevo en el camino, previo uso del fashion alert rescue kit, abajo además de ardillas y avecillas me estaban esperando hartas peras y manzanas y uno que otro durazno, las peras por cierto, estaban muy dulces.
Finalmente llegue a la iglesia y luego de pagar la cuota respectiva me perfile hacia la torre para tener unas buenas panorámicas de la ciudad. 8 minutos y 283 escalones después conseguí mis fotos.
Salí en el ultimo tren hacia Munich a donde llegue en la madrugada. Bote la mochilota en un locker y tome el primer tren hacia Fussen, donde me esperaba el castillo que sirviera de inspiración para la casa de cenicienta en disneylandia.
Construido en lo alto de una montaña y rodeado por una laguna, Neuschwanstein es el sueño de todo aquel que tenga aspiraciones o inspiraciones principescas. Yo, ya sabrán, no me la acababa. Lo malo es que de nuevo empezó a llover y la caminata de regreso por el bosque no se disfruto tanto.
De vuelta en Munich salí a la búsqueda de una sopa de papa y no, no fui al Oktober Fest.
Primero porque estaba lloviendo, y luego porque a mi, la verdad, la cerveza no me mueve. Posiblemente si fuera el tequila fest, o el baileys fest, o el piña colada fest igual y me lanzaba, y aun en ese caso .... igual y no. Nada mas había que ver como estaba de borrachos la estación del tren, aunque no me quede con las ganas de observar a las nativas en traje típico, ese si me lo pondría, con sus faldas largas y sus blusas de mangas aglobadas y escotes con moñito.
Así que lo que llevo de Munich son unas fotos que quien sabe si salgan por la lluvia y aproximadamente kilo y medio mas de peso en la mochila, que cargo única y exclusivamente por petición paterna.
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