I heard the news today oh boy...
La historia comenzaba con la horrible sensación de hueco en el estomago, el vacío por haber sido ultrajada en el lugar que para mi solía ser el más seguro de todos. Ayer, en el cumpleaños de mi hermano, se robaron el taxi que trabaja. Estaba estacionado enfrente de mi casa. Hoy, mis sobrinos César y Brenda, de 13 y 11 años, fueron al café internet 4 puertas al lado de la mia para imprimir una tarea, dos tipos entraron y asaltaron a mi vecino, cerraron la cortina del local y jalonearon a mi sobrina. mi familia y yo platicábamos y veíamos jugar a mis otros sobrinos sentados en la jardinera que está afuera de mi casa. Ambos eventos no tomaron más de cinco minutos cada uno.
En viaducto y patriotismo, me tocó ver tres días seguidos como dos tipos esperaban sentados en la barda de contención mientras elegían un carro al que con pistola en mano le tocaban en la ventanilla, con la intención de asaltarlo. En el tráfico matutino no había hacia dónde moverse y uno de esos 3 días se lo hicieron al carro al lado mío. Ahora ya hay un policía que "vigila" la zona.
Whispering words of wisdom, let it be....
Cuando los asaltantes finalmente abrieron la cortina del café internet Brenda salió desesperada llorando, con el robo a su papá apenas con horas de acontecido en su cabeza, no paraba de temblar. Me tomó más de media hora lograr que se calmara un poco, apenas lo suficiente para hacer una dinámica con ella para que pudiera sentirse segura en su propia casa aunque yo misma desde ayer ya no lo estaba. Más allá de lo material, lo más preciado que nos roban es la seguridad, ese halo del que solo nos damos cuenta una vez que lo han rasgado, la confianza de saber que el mundo se puede estar derrumbando, pero existe un lugar en donde podemos sentirnos seguros y que la mayoría de nosotros llamamos "mi casa".
La violencia y podredumbre que sabía cierta pero fantaseaba lejana llegó literalmente a tocar mi puerta y no sólo a mi, hoy escuché varias historias horribles de muerte, despidos y enfermedad de diferentes personas a mi alrededor, L dice que algo se está moviendo y no debemos ceder al miedo. Yo inicié este escrito llena justo de eso: miedo, asco e impotencia.
Remember to let it into your heart....
Por un tweet recordé la transmisión del concierto de Paul McCartney y me conecté mientras escribia, empezaba "A day in the life", siguió "Let it be" y de a poco comencé a sentirme mejor. Pudiera parecer ridículo, pero los pequeños milagros me han salvado la cordura en más de una ocasión y en todas ellas, he sentido en la música la voz de Dios.
Mientras abrazaba a Menis (que así llamo yo a Brenda) le pedí que cerrara los ojos y se imaginara sentada en medio de un cuarto blanco y que luego viera cómo una luz dorada muy brillante entraba por su cabeza y se paseaba por todo su cuerpo, llenando ese hueco en el estómago que nos deja el miedo y liberando su garganta y su pecho para que pudiera respirar mejor. Le dije que esa luz es Dios y que siempre que tenga miedo puede cerrar sus ojos correr a su cuarto blanco y pedirle a Él que se la mande para que la acompañe. Le expliqué cómo aunque no la sienta, ese otro halo, el divino, siempre está a su alrededor y sin importar lo que esté sucediendo, estaría protegida. Mencioné que esta aunque mala, fue sólo una experiencia a la que lamentablemente todos estamos expuestos pero no debía dejar que eso la limitara a salir a jugar como hasta hoy lo ha hecho.
Le hablé de ese lugar en su interior en donde encontrará refugio, protección y consuelo de quien es mucho más grande que cualquier problema. Insistí en que Dios, siempre, aun cuando ella no lo viera, está dentro y alrededor de ella y que esa luz que es Él nunca la va a dejar.
Take a sad song and make it better....
Mi frase para cierre del post era "Tengo miedo", como siempre dramática y contundente. Ahora que la música de nuevo me ha cambiado he comprendido que lo que le dije a Menis también me lo debía decir a mi, para poder reconocer que aunque mi casa material deje de ser el refugio que siempre creí, mi casa espiritual, mi propio cuarto blanco que alberga a mi luz, es un espacio que diaro llevo conmigo y al cual nada externo puede profanar. Ahí se encuentra mi escudo, mi espada y mi roca.
Tengo fe.
La historia comenzaba con la horrible sensación de hueco en el estomago, el vacío por haber sido ultrajada en el lugar que para mi solía ser el más seguro de todos. Ayer, en el cumpleaños de mi hermano, se robaron el taxi que trabaja. Estaba estacionado enfrente de mi casa. Hoy, mis sobrinos César y Brenda, de 13 y 11 años, fueron al café internet 4 puertas al lado de la mia para imprimir una tarea, dos tipos entraron y asaltaron a mi vecino, cerraron la cortina del local y jalonearon a mi sobrina. mi familia y yo platicábamos y veíamos jugar a mis otros sobrinos sentados en la jardinera que está afuera de mi casa. Ambos eventos no tomaron más de cinco minutos cada uno.
En viaducto y patriotismo, me tocó ver tres días seguidos como dos tipos esperaban sentados en la barda de contención mientras elegían un carro al que con pistola en mano le tocaban en la ventanilla, con la intención de asaltarlo. En el tráfico matutino no había hacia dónde moverse y uno de esos 3 días se lo hicieron al carro al lado mío. Ahora ya hay un policía que "vigila" la zona.
Whispering words of wisdom, let it be....
Cuando los asaltantes finalmente abrieron la cortina del café internet Brenda salió desesperada llorando, con el robo a su papá apenas con horas de acontecido en su cabeza, no paraba de temblar. Me tomó más de media hora lograr que se calmara un poco, apenas lo suficiente para hacer una dinámica con ella para que pudiera sentirse segura en su propia casa aunque yo misma desde ayer ya no lo estaba. Más allá de lo material, lo más preciado que nos roban es la seguridad, ese halo del que solo nos damos cuenta una vez que lo han rasgado, la confianza de saber que el mundo se puede estar derrumbando, pero existe un lugar en donde podemos sentirnos seguros y que la mayoría de nosotros llamamos "mi casa".
La violencia y podredumbre que sabía cierta pero fantaseaba lejana llegó literalmente a tocar mi puerta y no sólo a mi, hoy escuché varias historias horribles de muerte, despidos y enfermedad de diferentes personas a mi alrededor, L dice que algo se está moviendo y no debemos ceder al miedo. Yo inicié este escrito llena justo de eso: miedo, asco e impotencia.
Remember to let it into your heart....
Por un tweet recordé la transmisión del concierto de Paul McCartney y me conecté mientras escribia, empezaba "A day in the life", siguió "Let it be" y de a poco comencé a sentirme mejor. Pudiera parecer ridículo, pero los pequeños milagros me han salvado la cordura en más de una ocasión y en todas ellas, he sentido en la música la voz de Dios.
Mientras abrazaba a Menis (que así llamo yo a Brenda) le pedí que cerrara los ojos y se imaginara sentada en medio de un cuarto blanco y que luego viera cómo una luz dorada muy brillante entraba por su cabeza y se paseaba por todo su cuerpo, llenando ese hueco en el estómago que nos deja el miedo y liberando su garganta y su pecho para que pudiera respirar mejor. Le dije que esa luz es Dios y que siempre que tenga miedo puede cerrar sus ojos correr a su cuarto blanco y pedirle a Él que se la mande para que la acompañe. Le expliqué cómo aunque no la sienta, ese otro halo, el divino, siempre está a su alrededor y sin importar lo que esté sucediendo, estaría protegida. Mencioné que esta aunque mala, fue sólo una experiencia a la que lamentablemente todos estamos expuestos pero no debía dejar que eso la limitara a salir a jugar como hasta hoy lo ha hecho.
Le hablé de ese lugar en su interior en donde encontrará refugio, protección y consuelo de quien es mucho más grande que cualquier problema. Insistí en que Dios, siempre, aun cuando ella no lo viera, está dentro y alrededor de ella y que esa luz que es Él nunca la va a dejar.
Take a sad song and make it better....
Mi frase para cierre del post era "Tengo miedo", como siempre dramática y contundente. Ahora que la música de nuevo me ha cambiado he comprendido que lo que le dije a Menis también me lo debía decir a mi, para poder reconocer que aunque mi casa material deje de ser el refugio que siempre creí, mi casa espiritual, mi propio cuarto blanco que alberga a mi luz, es un espacio que diaro llevo conmigo y al cual nada externo puede profanar. Ahí se encuentra mi escudo, mi espada y mi roca.
Tengo fe.
1 comentarios:
Que experiencia tan terrible la de tus sobrinos, pero a Cesar no lo mencionas más...
Gran consuelo el que le diste a tu sobrina, a ti y a muchos de nosotros... Gracias.
Es elemental estar alerta, denunciar y principalmente no perder la paz, la tranquilidad que cuesta demasiado recuperar.
Igual vi el concierto, genial.
Igual tengo fe.
Un Abrazo.
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