Mira otra vez la hora.
Recorre los pasillos, comprueba que en la cocina gotea aún ese grifo.
Abre el frigorífico y pica cualquier cosa.
Túmbate en la cama.
Muerde la almohada.
Llora
Maldice.
Blasfema.
Si así lo quieres, da un grito.
Pero, nunca jamás, no cojas ese teléfono maldito.
Ismael Serrano.
www.ismaelserrano.com
viernes, agosto 31, 2007
Bitácora de supervivencia 3: Acuse de recibo de reforzadores
Elucubrado por Lórien en 11:58 p.m.
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