martes, febrero 03, 2009

Atención al detalle...


Cuando era niña, mi mamá tenía la creencia de que al crecer, yo sería monja. Desde los 5 años supliqué para que me metieran al coro de la iglesia (lo que logré un año después con presiones de mi abuela), en las fiestas patronales era la encargada de escribir la poesía conmemorativa y cuando salíamos de paseo, era OBLIGATORIO que antes de dejar la ciudad visitada pasáramos un buen rato visitando las iglesias locales.

La realidad es que mi afición clerical era toda ella profana: el coro era el único lugar en el que se me ocurría podía cantar en ese momento y al que me dejarían ir sin pretextos ni conflictos estilo "te va a descubrir un viejo feo y panzón y te va a violar" (en aquel entonces nada se sabía de los sacerdotes pederastas), la fiesta patronal me daba permiso de explotar mi sensibilidad lingüistica y el visitar las iglesias disfrazaba perfectamente mi secreta perversión: el arte sacro.

Me encantan al día las pinturas y el arte sacro en general. A través de él tuve acceso a muy tierna edad a películas gore que mis papás nunca jamás me habrían permitido disfrutar en la sala de mi casa. En el arte sacro hay de todo: muertos que se salen de sus tumbas, demonios que torturan a la gente, mutilaciones, quemas de brujas, mujeres a las que les cortan los senos, hombres a los que los avientan a los leones, niños a los que les quitan los ojos, la ira de Dios expresada en las formas más tremendas, desnudos, infiernos, fantasmas, terror, caos, destrucción, pocas veces salí decepcionada de mis visitas culturales y en mi familia podían estar en paz creyendo que tenían a una niña muy devota.

La imagen de arriba, retablo central de los 3 que componen la obra de "El Jardín de las Delicias Terrenales" pintada por el Bosco, es una de mis pinturas favoritas y aunque no es arte sacro propiamente, tiene como base temas religiosos lo cual (prejuicio personal) lo llena de detalles perversos. Este fin de semana en el que terminé semestre y con él las tareas, finalmente pude terminar de armar el rompecabezas que de esta pintura tengo y fue la pura gozadera.

Pude como nunca, ver de muy cerca los elementos de la pintura y encontrar cientos de imágenes que a simple vista no se ven. Animales, calaveras, sexo en formas increibles y con objetos, plantas y animales varios, me sumergi en la infinita variedad de rostros pintados, en las muchas expresiones que sólo se distinguen cuando se les tiene a 3 centímetros de los ojos y eso sólo en el retablo del jardín (la imagen en cuestión). El tercer retablo corresponde al infierno, consecuencia segura de todo aquel que se entrega a la concupisencia y como buena pintura medieval (de nuevo, prejuicio personal), está llena de obscuridad y castigos fascinantes, que ya los hubiera querido Hellraiser. Asi que el siguiente rompecabezas, una vez que termine el Nacimiento de Venus y el Guernica que me trajeron los reyes mientras las tareas así lo permitan, será el infierno de El Bosco.

Es una buena sugerencia si se quieren poner monos en el próximo día del amor y la amistá, y ya entrando en favores, en su tienda de entretenimiento para ñoños más cercana seguro hay un pegamento para rompecabezas con el que me pueden hacer muy feliz.

1 comentarios:

In dijo...

vaya, muchos comentarios.
El primero es que eres tan ñoña como yo no puedo creerlo! Rompecabezas! jajaja, me recordaste mis años mozos.

De lo demás, pues sí el cristianismo es hardcore.

Qué dijo la familia cuando se torció la vocación?

Beso!