Antes de contar mis aventuras en la semana que fungí como voluntaria de la ONU, la anatomía de este jovenzuelo merece ser discutida aparte. Se llama Victor y es un niño mulato hermoso (ya saben lo que se dice sobre la grandeza de los negros y mulatos) con la horrible edad de 17 años. Estoy segura que eventualmente se convertirá en un sabroso como él (evito publicar una foto con su cara, confíen en mi buen gusto). Mientras eso pasa, estudia el primer año de ingeniería industrial en su natal República Dominicana y es participante destacado de eventos internacionales de la ONU.
Todo transcurría bien en la semana, escuchando las conferencias y organizando las mesas de trabajo. Él fue uno de los chicos más participativos de mi mesa y por lo mismo nombrado editor. No fue hasta que tuvo a bien levantarse sin su saco para hacer una pregunta que noté su más grande atributo (hablando de atributos en estado basal, that is). Fue tal el impacto que mi compañera coordinadora sentada a mi lado y yo, dejamos de poner atención al enlace con NY que en ese momento trataba el tema de nuestra mesa y nos concentramos en ver ese inmenso, redondo, perfecto par de nalgas.
Luego todo se arruinó porque la lujuria empezó a hacer su trabajo (mismo que siempre ejecuta con devoción y prestancia) y por los siguientes dos días me dediqué a esperar a que caminara para contemplar con júbilo su partida y encontré muy dificil el poner atención a lo que decía pues me di cuenta que también tenía unos labios rojos, grandes y carnosos, altamente mordisqueables y sentado a mi lado platicándome de su vida a mi se me dilataba todo lo dilatable (empezando por los ojos) y me perdía entre la voz que me gritaba "!!bésalo, bésalo ya, al diablo la ONU y futuras oportunidades de trabajo!!" y la que gritaba "estuproooooooooo".
Me enseñó su casa en google earth y me mostró un hotel con cabañas muy bonitas, camas amplias y albercas termales (como si necesitara más elementos para elaborar mi fantasía de abuso infantil) y me obsequió un mapa de su pueblo para que lo vaya a visitar pronto.
Intercambiamos mails (que no fluidos), resistí el impulso de bajar mis manos por debajo de su cintura cuando nos abrazamos y nos despedimos con sendos besos...en la mejilla.
Tendré que esperar a que cumpla 18 y deje de ser delito. Mientras, es tiempo de ahorrar para visitar República Dominicana, tierra de bellas promesas.
2 comentarios:
hay varios fallos... en la primera foto sí se ven incres sus pompis pero luego ya equis. Yo lo vi en vivo y como que no me impactó! Eran nalguitas de truco.
El del link wow
ah soy in jajaj
si tengo un fetisssssh, oiga, son las nalgas.
yo que no lo vi, te creo todo! y te entiendo perfectamente... probablemente lo hubiera ... al carajo con las oportunidades laborales futuras y los antecedentes penales! :S
JA
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