Soñé con el Dr. House. Conversábamos y reíamos y hacíamos comentarios sarcásticos de esos que nos salen tan bien y luego fornicábamos copiosamente sobre una silla de dentista. Luego, él se convertía en un asesino serial de viejitos, lo perseguía la policía y yo sufría ante la encrucijada de entregarlo y quedarme sin mi amigo para reir y fornicar pero con la consciencia tranquila o seguir desgastando la silla del dentista, teniendo orgasmos como si no hubiera mañana.
¿Será que la infección que me tumbó dos semanas en la cama y que de la garganta se subió al oido, finalmente ha alcanzado mi cerebro?
¿Será que la infección que me tumbó dos semanas en la cama y que de la garganta se subió al oido, finalmente ha alcanzado mi cerebro?
1 comentarios:
no sería tan grave... algunas veces la razón es peor que la locura.
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