jueves, julio 10, 2008

Serios problemas


Soñé con el Dr. House. Conversábamos y reíamos y hacíamos comentarios sarcásticos de esos que nos salen tan bien y luego fornicábamos copiosamente sobre una silla de dentista. Luego, él se convertía en un asesino serial de viejitos, lo perseguía la policía y yo sufría ante la encrucijada de entregarlo y quedarme sin mi amigo para reir y fornicar pero con la consciencia tranquila o seguir desgastando la silla del dentista, teniendo orgasmos como si no hubiera mañana.

¿Será que la infección que me tumbó dos semanas en la cama y que de la garganta se subió al oido, finalmente ha alcanzado mi cerebro?

1 comentarios:

· dijo...

no sería tan grave... algunas veces la razón es peor que la locura.