Sucede que cuando más tratas de evitar o posponer una tarea, más rápido que de inmediato las circunstancias se acomodan para que no tengas otro remedio que enfrentarla.
Tenía ya 25 días tratando de no-pensar-en, con una actitud de aparente indiferencia, primero por el fin de semestre, después por la preparación del curso que voy a dar, las decisiones difíciles por tomar, por mi dolor de muela, las elecciones y muchas otras actividades que me protegían con su ruido. Una noche, cuando luego de una reconciliación inesperada platicaba con un amigo, caí en la cuenta de que todo aquel discurso que le daba, podía en algunos de sus puntos, los más importantes, decírmelo a mí misma.
Reí, porque más allá de mi actitud de “la princesa tú las traes y a ese toro por los cuernos”, estaba a punto de cumplir un mes fugándome. Hasta que la realidad se impuso de golpe, literalmente hablando.
El día 4 sufrí un choque por alcance. Detenida, escuché la llantas del otro aferrarse con desesperación al piso, levanté la mirada hacia al retrovisor y supe que iba a pasar, por instinto mi cuerpo se tensó y se preparó, segundos después, recibió el impacto. Lo primero que me dolió fue la cabeza. Apagué el carro, salí a revisarlo, le pedí al niño que manejaba el automóvil que llamara a su seguro, regresé al mío para hacer lo propio. Marqué a mi casa y después, a todo el que estuviera disponible. A todos, menos a uno. Tristemente, era a quien más ganas tenia de llamar.
Luego, el ruido correspondiente: ajustadores, doctores, radiografías, analgésicos y relajantes musculares, permanencia horizontal absoluta por dos días, de pié únicamente para ir al baño y comer.
Estando en esa posición se pueden hacer un par de cosas muy interesantes, yo, sin tener opción a ninguna otra, sólo pude pensar. Finalmente, me rendí al proceso, no podía postergarlo más.
El dolor físico me ayudó a disfrazar el emocional y pude llorar bajito mi pérdida, consciente de que sí sucedió y que se terminó probablemente porque estaba funcionando muy bien, pero sobre todo sabedora de que esto, también pasará…
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