¿Alguna vez se han preguntado de quién son esas prendas de ropa que frecuentemente se encuentran en la calle pero sobre todo en las vías rápidas y por qué están ahí tan lejos para siempre de la piel a la cual cubrían?
Me ha tocado ver pedazos de perro, gatos, ratas y ahora que trabajo en provincia donde hay cosas tan raras como atoles de guayaba con auténtica guayaba; he visto la cola de lo que al parecer era un mapache y medio cuerpo de un huron.
Antier vi una bonita pieza de lencería negra con dorado abandonada a su suerte en los carriles centrales de churubusco. ¿Cuál era la historia de ese brassiere? ¿Acaso su dueña harta del tráfico decidió despojarse de él como protesta por el calor y la impotencia de no avanzar ni medio metro? ¿era de alguna representante femenina de los 400 pueblos que al grito de guerra : “pueblos y senos oprimidos nunca más” lo dejó como señal de su protesta? ¿de alguna novia cumpliendo la misión de todo buen copiloto que consiste en motivar al conductor y hacer ameno el trayecto? ¿la prueba fidedigna de la habilidad de algún anónimo en el fino arte de desnudar a otro? ¿el grito desesperado de una chica que estaba siendo violada en la parte trasera de una camioneta? ¿la elección hecha entre :te callas o tiro tu brassiere? ¿ahora que me hiceron la mastectomía no te necesito más? ¿aquí estuvo Martha Sahugun y su caravana de garritas pa’ regalar? ¿si no le sirvo a Sabrina mi vida como brassiere no tiene sentido? ¿ahorita no tengo cambio pero te doy mi brassiere? ¿mi brassiere por un caballo? ¿en sus marcas, listas, fuera?...
¿A ustedes qué les cuenta la imaginación?
viernes, mayo 05, 2006
Los brassieres perdidos de Dios
Elucubrado por Lórien en 10:42 a.m.
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1 comentarios:
Me encantó tu blog. Tanto que estoy seriamente considerando hacer uno. Actualización y upgrade de la especie de newsletter que mando a los cuates con todas mis ocurrencias.
El misterioso brassiere tiene otros acompañantes perdidos en calles y carreteras: zapatos, tenis, camisetas, gorras. ¿La rebelión de los colgados? Meditaré y reescribiré.
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