martes, enero 03, 2006

La verdad os hará libres


Cuando lo dije me curé del dolor en el cuello, la opresión en el pecho se fue y pude por primera vez en un par de semanas respirar profundo, me sentí aliviada, invadida de un sentimiento de tranquilidad y hasta por un momento supe con certeza que el dolor iba a ser pasajero. Así luego de conjurar al demonio, este perdió su poder y desapareció.

Dice la Bruja Maestra que al final del día, la verdad es un asunto de uno con uno mismo y es su opinión que me ahorraría muchos calambres existenciales si detuviera mis intentos de que los otros me reconozcan en mi verdad y a su vez, también fueran honestos. Hasta el momento no he logrado trascender ese punto, invariablemente acabo hablando del elefante en la sala, de aquello que todos se esfuerzan por ignorar.

Después me arrepiento, o más bien me pregunto si no era preferible tragarme el conflicto yo sola, porque lo malo de nombrar lo obvio es que ya luego no puedo seguir pretendiendo que mi cambio de humor se debe a un desajuste hormonal o a que tengo frío o que estoy muy concentrada escuchando mis cds y entonces se enrarece el ambiente y yo me siento desnuda y ridícula, si bien liberada.

Pero todo sigue como siempre, aquí nada pasó, ¿confrontación? ¿Cuál confrontación? ¿Cuáles veinte pesos? ¡Si sólo te estaba preguntando la hora!. Ja.

Ahora ya no me frustra tanto el quedarme en el aire, sin respuestas, igual no se me muere la esperanza de que el inculpado se rescate y ponga los huevos en el sartén; cuando eso no sucede me ataca la idea de restablecer el contacto, asumir toda la culpa, mandar un mensaje…las conversaciones eran tan buenas y yo le veía tanto potencial…

Afortunadamente uno no puede evitar ser lo que es, lo de pasar como tonta es algo que ya intenté y en lo cual no tuve éxito. Menos mal que acudí a los amigos y estos estuvieron ahí. Gracias a Dios por ellos. Y por mí.

“Si se mantienen fieles a mi palabra, serán verdaderos discípulos míos, conocerán la verdad y la verdad os hará libres” Juan 8 31-32

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Quizás sea que la libertad no es tanto como el pan wonder; ni tan bella, ni tan lúcida como nos la han hecho pensar. No es un potro salvaje, corriendo por la pradera, sino un caballo alienado y quizás viejo, que eligió nunca someterse a ninguna rienda. Quizás es un heremita, viviendo en su cueva; Zarathustra, el viejo, pero sin su serpiente, diciendo cosas que nadie entiende entre los comunes mortales. Tal vez es que nos falta entender que la mentira, sí, esa que hace prisiones, es fundamental para los hombres, para todos nosotros, y que con tal de no vivir aislados, a veces también es necesario decirla y comerle las entrañas, y hacerle la ronda como si su rostro fuera el de una mujer bella... Al final, la cuestión fundamental, el ser o no ser de la integridad, se reduce al hecho de poder ser flexibles, y continuar un tanto, y abdicar otro poco, sin olvidar que nunca dejamos de ser lo que hemos elegido ser. La verdad nos hace libres, pero al tiempo nos mata; Dios nos dé la luz para saber qué tanto de nosotros matar a un tiempo, para no acabar resecos por dentro.

Anónimo dijo...

Jajajajaja, ese tal c. en serio que es lo máximo, nos dice que la mentira es indispensable para aquello del instinto gregario del ser humano. Pero despues cuando podiamos pensar que no se podia ser mas grande, nos sorprende con aquello de la integridad elastica.

Yo en lo personal pienso que se la ha prolongado en exceso y que justificar la cobardia solo te hace un cobarde.

¨"La verdad os hara libres y la mentira te hara feliz"

mmm, creo que no la habia dicho nadie, pero seguro se le ocurriria a ese tal c.