Repositorio de angustias,ideas,relatos y otros actos de desesperación de una princesa atrapada en el cuerpo de un ingeniero....y próximamente también un licenciado
Desde hace un par de meses que mi bestia decidió visitar la superficie y conocer cómo es estar en el primer plano y no operando desde la obscuridad del inconsciente. De mis amigos, alguno se perdió y no ha regresado, aún. Otros más, tal vez fascinados, se quedaron conmigo y hasta quisieron irse de paseo con mi lado más obscuro, ese que casi siempre nos gusta presumir como anécdota pero que casi nunca nos atrevemos a mostrar ni a nosotros mismos.
Ya volverá... o no. No es más mi problema.
La bestia está por terminar sus vacaciones en el mainstream y regresará al lugar en donde siempre ha estado, ya cambiada, más en paz.
Todos tenemos una bestia por dentro que vive de nuestras lágrimas y fracasos pero duerme si le hacemos entender que su papel es existir y no insistir.*
"... cuando tenía siete años, fui por primera vez a una biblioteca; fue una gran aventura. Yo esperaba encontrarme con El Mago de Oz, de L. Frank Baum, o con Tarzán, de Edgar Rice Burroughs; abrí la puerta, miré alrededor y toda esa gente estaba ahí, esperándome. Los libros son personas, no libros: cada vez que abres un libro, la persona salta afuera y se convierte en ti. Tú vas a la biblioteca y sacas un libro del estante y lo abres, ¿y qué estás buscando? Un espejo; de improviso hay un espejo ahí y puedes verte a ti mismo, pero tu nombre es ahora Charles Dickens, William Shakespeare, Emily Dickinson, Robert Frost o cualquiera de los grandes poetas. Así que vas a la biblioteca y te descubres a ti mismo. ......
Cuando tenía quince años, Hitler quemó libros en las calles de Berlín. Y eso me aterrorizó, porque yo era un hombre de libros y él estaba metiéndose con mi vida.... .... Yo encontré el amor en una librería -no en una biblioteca, pero una librería es como una biblioteca-: encontré a una bella chica que me esperó, y la invité a un café, y a comer, y me enamoré de ella y de los libros que la rodeaban. Y ella tomó votos de pobreza un año después y se casó conmigo, porque mis ingresos eran nada. ...
Vivimos con amor y libros, y escritura. Ésa es la respuesta a la vida: si puedes encontrar una persona que te ame, que ame la vida tanto como tú, y ame los libros tanto como tú, agárralo o agárrala y cásense. ¡La vida será maravillosa!..."
Lo leo y lo leo, y me pregunto:
¿dónde, dónde está mi Ray Bradbury?
*Extracto de A conversation with Ray Bradbury. Publicado en el número 67 de Algarabía.
Mi papá tiene 63 años y durante aproximadamente 47 de ellos lució un bigote que siempre atendió muy bien. Toda mi vida he conocido a mi papá con bigote. Hoy desperté y había desaparecido de su cara. Las cosas pueden y están cambiando. Estoy expectante.